lunes, 4 de diciembre de 2017

De escuelas a escuelas va mucho.




¿Qué se necesita para que una escuela funcione bien? Probablemente dos cosas: un profesor con pasión por enseñar y un alumno con pasión por aprender. Todo lo demás, podría ser secundario, incluso prescindible.
Y digo esto, porque en nuestra España del lamento y de la queja, no paramos de poner pegas a los colegios, a los recursos a ellos dedicados, etc. Y quizás lo único que nos debería preocupar es si nuestros hijos tienen ganas de aprender y si los profesores tienen pasión por enseñar.
Cuando llegó la crisis económica a España, hubo manifestaciones multitudinarias por la escuela pública y en contra de los recortes. Nada que objetar. Y sin embargo, antes de la crisis, con muchos medios y muchos recursos, cuando salía el listado de las mejores escuelas del mundo, España no aparecía o aparecía en los últimos lugares entre los llamados países económicamente importantes.
 
 
Desde los años 60 hasta justo antes de la crisis el presupuesto de la educación había crecido considerablemente. Las aulas habían reducido notablemente la ratio, algunas asignaturas, como inglés, música, educación física y religión, habían pasado a ser impartidas por profesores especialistas, los profesores de apoyo para niños con dificultades habían aumentado … y entonces, ¿por qué todo el mundo se quejaba que la educación no iba bien y que el listón se había ido bajando hasta hacer el ridículo? ¿No serán otros los problemas? ¿Acaso un profesorado desmotivado, acaso un alumnado con escasa disciplina y sentido del deber, acaso una sociedad que no valora el trabajo de los docentes, acaso la pérdida de autoridad de los profesores, acaso porque tenemos unos niños para los que todo son derechos y el único deber es el de asistir a clase?
Desde mi modesto punto de vista, una mejora de la educación no se arregla sólo con más recursos, que también, sino con aumentar la pasión por enseñar de los docentes y la pasión por aprender y el sentido del deber de los alumnos.
 
De escuelas a escuelas va mucha diferencia. He visto varias escuelas en África donde faltaba casi de todo. Una escuela en Ghana bajo la sombra de un árbol porque la escuela verdadera hacía tres años que se había hundido. Una escuela en Nigeria situada en una nave para almacenar maíz, que no disponía siquiera de una pizarra, y en cuyas paredes de barro habían escrito con tiza el alfabeto y la tabla de multiplicar. Profesores con 60 alumnos. Alumnos que antes de ir a la escuela habían ido a coger agua al río o a buscar leña. Niños congoleños que que tenían que caminar 3 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta si querían llegar al colegio. Alumnos que compartían un bolígrafo o una cartilla. Profesores que recibían como salario poco más de un dólar al día. Alumnos que desfallecían de hambre porque no habían desayunado en sus casas. Niñas que no podían aprender a leer por el simple hecho de ser niñas. Profesores que, además de dar clases, preparaban un plato de comida a sus alumnos porque era la única manera de que comieran algo en todo el día. 
De escuelas a escuelas va mucho. Instalados en la cultura de la queja, nos quejamos por todo: porque las pizarras digitales no son de última generación, porque la comida del colegio no es variada, porque las actividades extraescolares no son de nuestro agrado, porque hay que comprar el diccionario, porque los libros no son gratis, porque el autobús escolar da mucho rodeo, porque las tareas que mandan a los niños son muchas, o son pocas, porque …
Echar un vistazo a las escuelas de África podría ser una buena tarea en esta Navidad para los 'quejicosos niños españoles'. PUENTES ONGD te invita a prestar un minuto de atención a las escuelas de los países pobres. La Campaña de Navidad de esta Ongd va dedicada a patrocinar el proyecto de “Escolarización y Alfabetización de los Niños de la calle en la R. D. del Congo”, unos niños sin ningún acceso a la escuela pública (porque en Congo también la escuela pública se paga). Desde hace años Puentes intenta que un numeroso grupo de niños y de niñas de la calle puedan ser matriculados en diversas escuelas de la ciudad, y que un grupo aún más numeroso reciba, al menos, clases de alfabetización elemental.
 
Para colaborar: IBAN ES46 0030 6018 1700 1005 1272
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