viernes, 31 de diciembre de 2021

Las lecturas de 2021


                Llega el día 31 de diciembre y todo el mundo se pone a hacer balance y resumen. Por lo que a mi blog se refiere, yo también haré resumen de las 10 mejores lecturas de los últimos doce meses. Fue Jorge Luis Borges quien dijo que se sentía más orgulloso de los libros que había leído que de los que había escrito. Cada lector, en cierta manera, reescribe el libro, porque ve en él algo que no ha visto el resto de los lectores. Los siguientes libros resumen mis lecturas a lo largo de los últimos doce meses. Cada uno de los libros que señalo me ha dado motivos para disfrutar, pensar, sonreír o soñar. Por ello propongo estos libros en mi blog. Y al mismo tiempo, invito a que algún lector sugiera algún libro para el años 2022 que empieza ahora.  

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Eichman en Jerusalén, Hanna Arendt


Adolf Eichmann fue un alto funcionario del Tercer Reich, directamente encargado de la deportación de miles de judíos a los campos de concentración. Cuando los ejércitos aliados llegaron a Alemania, pudo escapar del país. En 1960, los servicios secretos de Israel lo raptaron en Buenos Aires y lo condujeron a Jerusalén para juzgarlo por genocidio. Hannah Arendt  era una filósofa y escritora alemana, de origen judío, que tuvo que exiliarse de su patria. Marchó a Estados Unidos. Y trabajaba para el periódico The New Yorker. Este diario la envió como corresponsal al juicio que se celebró en Jerusalén. Hannah no se limitó a enviar las crónicas a su periódico sino que intentó comprender lo que estaba pasando en el juicio y lo que había sucedido en toda Europa durante el régimen nazi que condujo a millones de judíos y no judíos a las cámaras de gas. Hannah Arendt intentó ser una periodista imparcial y acuñó el término ‘banalidad del mal’, sin el cual no se puede entender el pensamiento desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy mismo. Una crónica periodística de singular belleza y profundidad.

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El olvido que seremos, Héctor Abad Faciolince

 

El escritor colombiano, Héctor Abad Faciolince, consciente del ‘olvido que seremos’  hace memoria de su padre, de su familia y de su patria, Colombia. Su padre, médico y profesor universitario, se involucró en el acceso a agua potable en los barrios más humildes, en la denuncia de la violencia en los años de plomo del terrorismo colombiano. Un hombre íntegro que pagaría con la propia vida su defensa de los más pobres y su honda preocupación social. El 25 de agosto de 1987 su cuerpo caía bajo las balas asesinas en la ciudad de Medellín. El padre amado, el padre idealizado, el padre estrella polar. Y una Colombia que duele por la violencia, las injusticias y la corrupción. El libro pretender ser un intento por mantener vivo el recuerdo de un hombre justo, pero al mismo tiempo el intento por mantener vivas las causas que dieron sentido a la vida de su padre: la familia, la lucha contra la injusticia, la ayuda a los más vulnerables. Y es que las palabras, como los ladrillos y las piedras, pueden ser levantadas como edificios que resistan las inclemencias del tiempo y del olvido. El libro que fue publicado hace quince años ha vuelto a la actualidad por la adaptación cinematográfica de Fernando Trueba.

 

Como viento en el polvo, Leonardo Padura


            Me enfrentaba a mi primera lectura de una novela de Leonardo Padura. Una buena novela. Durante veinticinco años el autor recorre las vidas de un grupo de amigos de la Habana: Clara, Irving, Horacio, Walter, Bernardo, Elisa... Y con ellos se recorre un país, Cuba, donde los viejos sueños revolucionarios se van agostando, en medio de nostalgias, deserciones, estrecheces económicas, ganas de libertad, amor a la tierra y deseos de salir de ella. Un fresco que transcurre dentro y fuera de Cuba, con sus encuentros, sus celebraciones, sus misterios, sus traiciones. Una metáfora de una Cuba en la que sus ciudadanos creen cada vez menos en las utopías de la “revolución de los barbudos” y cada vez más en un lugar más allá de la isla donde empezar de nuevo una nueva vida. Cubanos que desean vehementemente largarse de Cuba, pero heridos de melancolía por una tierra, desde el momento en que están lejos de ella. Amistad y exilio son las dos palabras que podrían resumir el mensaje de esta hermosa novela. El título de la novela se lo da una famosa canción: Dust in the wind. 


Fina Lluvia, Luis Landero



            La novela abarca apenas seis días en la vida de una familia, los que van desde que Gabriel, el marido de Aurora, decide organizar una comida por el 80 cumpleaños de la madre, hasta que él mismo la cancela. Un bienintencionado Gabriel intenta que todos los miembros de la familia olviden viejos reconcomios y agravios, y que un menú de delicatessen borre tantos recuerdos amargos. Pero los familiares, no solo no olvidan, sino que despiertan agravios, resucitan injusticias y desdenes, insuflan savia nueva a desprecios y rencores. Todos a una, todos contra todos, confiesan a Aurora, el elemento neutro de la familia, sus vidas despeñadas, sus secretos inconfesables, sus rencores, sus frustraciones, sus odios. Gabriel, Sonia, Andrea, Horacio y la madre se lanzan a una guerra de llamadas telefónicas para imponer su versión de los hechos, para alimentar, con nueva energía y nueva savia, viejos recuerdos enterrados, pero más vivos que nunca. Una despiadada carrera para defender el relato propio por encima del relato ajeno. Solo la escritura puede obrar el milagro de mostrarnos todos los relatos en paralelo, de forma que el lector sea el escribidor, en su cabeza, de la historia. Hacía tiempo que no me encontraba con una novela tan buena de un escritor español.

Sumisión, Michel Houellebeck


            El título lo dice todo. Y levantó ampollas desde el día de su publicación que trágicamente coincidió con un atentado islamista en París. Para muchos lectores franceses, Michel Houellebeck es el nuevo Sartre. Sumisión es una ficción política. Es el año 2022 y en Francia es elegido Presidente de la República un musulmán. A través de la mirada de un profesor de la Universidad de La Sorbonne, François, vamos conociendo los cambios que se operan en la sociedad francesa. El protagonista, bien puede ser ese europeo al que nunca ha faltado de nada en la vida. Representa al individuo hedonista, indiferente, que espera poco del mañana. En fin, con François pudieran identificarse, más o menos, muchos de los europeos que transitan por las calles, las escuelas, las fábricas y los cafés de cualquier ciudad del Viejo Continente. La libertad y los derechos, penosamente conquistados en los últimos siglos, empiezan a ser letra mojada en Francia. El protagonista se pliega, como otros tantos, al nuevo orden y a los nuevos gobernantes. Sumisión del creyente a Dios. Sumisión de la mujer al hombre. Sumisión de Europa al Islam. Un libro que nos hace pensar en una Europa en crisis, y no solo económicamente, sino en crisis de valores, y lista para aceptar otras formas de entender la vida, ajenas y lejanas de las raíces milenarias de Europa.


Biografía de la inhumanidad, José Antonio Marina


            Un nuevo libro de José Antonio Marina. Unas páginas repletas de siempre lleno de profundas y acertadas reflexiones sobre el comportamiento humano, siempre sorprendente, siempre enigmático. En esta Biografía de la inhumanidad, el autor apunta una tesis: La línea del progreso de la humanidad se ve interrumpida una y otra vez por la emergencia de la atrocidad. ¿Somos los humanos seres con un frágil revestimiento moral? El ser humano se mueve en una doble hélice: la cooperación y la violencia. El “capital social” que la humanidad va atesorando con sus logros en derechos, puede venirse abajo en cualquier momento. El autor hace un repaso sombrío pero luminoso por los muchos casos de deshumanización del ser humano. Basta considerar al otro como negro, como judío, como ‘enemigo’, para despojarle de sus derechos como ser humano. Un libro imprescindible para conocer de qué pasta estamos hecho y de qué pasta están hechos los que ejercen el poder, cualquier tipo de poder. Lectura obligada en tiempos de ‘buenismo’. Y lectura obligada en tiempo, como los actuales, en que nuevos adoctrinamientos y nuevas inquisiciones están surgiendo un poco por doquier.


Las huellas del silencio, John Boyne


            Cuando se conocieron los numerosos abusos a menores en instituciones de la Iglesia Católica, todos los irlandeses se sintieron consternados, porque durante siglos Irlanda y Catolicismo habían formado un matrimonio indisoluble. Un sacerdote irlandés recuerda su vida, desde sus primeros tiempos de sacerdote, cuando ser sacerdote era lo mejor que podía pasarle a uno en Irlanda, hasta cuando la rabia explotó y los curas eran mal vistos e insultados, por el solo hechos de serlo. Un sacerdote, puro y limpio pero incapaz de ver cómo la podredumbre crecía en el seno de la propia Iglesia, nos cuenta su vida, la de su familia, devastada también por la peste de la pederastia, la de la Iglesia Católica, e incluso la de una nación, Irlanda. Un libro escrito con ecuanimidad, que no se centra en los aspectos más turbios o escabrosos de los abusos, sino que es un intento de entender cómo pudo suceder, cómo no saltaron las alarmas dentro de la Iglesia, de la sociedad civil y de los medios de comunicación. Una novela honrada, lo que no es poco en estos tiempos de posverdad.


Los pescadores, Hans Kirk


            Desde hace un siglo es el libro más leído en Dinamarca. Hans Kirk lo escribió en 1928. Cuenta la historia de un grupo de pescadores que abandonan la costa para adentrarse en un fiordo y asentarse en un pueblo de granjeros. Los pescadores y sus familias pertenecen a los “niños de Dios”, una rama estricta dentro de los luteranos. Los pescadores y sus familias se saben salvados y  consideran “no salvados” a cualquiera que practique la religión de una forma más libre o relajada. Un grupo de pescadores que trabajan duramente para pescar en medio de una naturaleza hostil y agresiva, y que al mismo tiempo se sienten devorados por su fe y sus costumbres sin espacio para la diversión o la alegría. Los pescadores es un fabuloso viaje a los adentros de un grupo de hombres y mujeres que se debaten entre fe y fanatismo, intolerancia y compasión, culpa o esperanza. Todas las peleas religiosas y todas las batallas que sostiene nuestro corazón en el territorio de la trascendencia están aquí. ¿Por qué a veces la religión se convierte en ideología y endurece tanto el propio corazón que se olvida de la misericordia?


Biografía de la Luz, Pablo d’Ors


            Desde que escribiera Biografía del silencio, Pablo d’Ors se ha convertido en uno de los guías espirituales de este país y en uno de los maestros más solventes. Pablo d’Ors no solo tiene lectores. Tiene también seguidores. En muchas ciudades de España grupos de personas meditan siguiendo el sendero marcado por este escritor y sacerdote. Son los Amigos del Desierto. El silencio es la marca de la casa. Biografía de la Luz, en cambio, recoge sus meditaciones entorno a numerosas páginas de los evangelios. Una mirada diferente, profunda, poética, incisiva y creativa sobre muchos pasajes de los escritos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Páginas de los evangelios que, de seguro, nos suenan, por haberlos escuchado en muchas misas. Esta mirada reflexiva sobre el Nuevo Testamento, los puntos de vista originales y las interpretaciones creativas hacen de Biografía de la Luz un libro que debe ser leído, hecho silencio, meditado y vivido. Es un libro que no se lee –gracias a Dios- como una novela, sino como esas “pastillas vitaminas” que pueden ayudar a fortalecer y a sentirse mejores. Un par de páginas de este luminoso y silencioso libro pueden hacer un gran bien. 

Juan Vaccari: autobiografía y diario


            El 50 aniversario de la muerte del hermano Juan Vaccari, religioso guaneliano, (Sanguinetto, 1913 – Aguilar de Campoo, 1971) me ha llevado a leer el libro que contiene su breve Autobiografía y su Diario espiritual. Como lector, no soy objetivo con este libro. Conocí personalmente a Juan Vaccari, cuando yo era un alumno interno y él un educador en el Colegio San José, de Aguilar de Campoo. Y desde entonces, lo considero uno de mis “maestros”. La vida del hermano Juan resulta, humanamente, fascinante; espiritualmente, iluminadora. De humilde cocinero en los años de la Segunda Guerra Mundial pasó a los salones palaciegos de un cardenal en Roma. Y de ahí a recorrer carreteras por pueblos y parroquias buscando alumnos para el Colegio de Aguilar. Murió joven, pero dejó en herencia una vida íntegra, alegre y servicial. Abrió una senda que puede ser imitada y andada. Era tan buena gente que, incluso un niño de 12 años, como era mi caso, supo hace cincuenta años que el hermano Juan era un santo.


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