Durante los últimos seis meses, la
guerra de Ucrania ha copado todos
los telediarios. Y la tragedia vivida en ese país la tenemos muy presente en
nuestras retinas y en nuestros corazones. En las primeras semanas, la
solidaridad se disparó en toda Europa, y no sólo la ayuda de los gobiernos,
sino también de los particulares que intentaron ayudar, de mil maneras
diferentes, a los millones de refugiados que abandonaron el país.
En este tiempo calamitoso de guerra, PUENTES ha hecho lo que ha podido. Ha
colaborado con las dos casas guanelianas que en Rumanía y Polonia han
acogido a un buen número de refugiados,
varios de ellos con algún tipo de discapacidad.
También desde las Ongd’s se ha
constatado que, por el hecho de volcarnos con Ucrania, se ha dejado un poco de
lado otros proyectos, otras causas, otros países, otros pobres y otras
pobrezas.
Como todos los años, por estas mismas
fechas, escribo a mis amigos, familiares, paisanos de Quintanilla de Arriba y
contactos en general, para que me echen una mano en el proyecto “Escuela de Kinshasa”. Como cada septiembre, en la ciudad de
Kinshasa (R.D. del Congo) , muchos niños
y niñas de la calle, preparan estos días sus mochilas, sus uniformes, sus
cuadernos y sus lapiceros para empezar el curso escolar. Estos niños, sin
padres y sin recursos, sin escuelas públicas y gratuitas, dependen de la
generosidad de todos nosotros para que su escuela abra las puertas. En el mundo
rico, decimos la escuela abre tal día. En el mundo pobre dicen: “¿conseguiremos
abrir este año la escuela?” Hay una diferencia no pequeña.
El proyecto de Puentes paga la
escolarización, en diferentes escuelas de la ciudad, de unos 100 niños que
viven en los internados para niños de la calle. Y corre, también, con los
gastos de la alfabetización y rudimentos escolares para otros muchos niños y
niñas de la calle que van y vienen, entran y salen del Centro, con la idea de
que, al menos, aprendan las cuatro reglas elementales.
Por ello, una vez más, me dirijo a
ti, amigo, familiar, paisano. Sé que, tal y como ha sucedido en los últimos 15
años, seguirás siendo fiel y generoso con esta cita de cada septiembre.
La ignorancia y el analfabetismo son
el origen de muchos males, abusos y pobrezas. Si por un momento cierras los
ojos e imaginas lo que sería de tu hijo, tu hermano, tu amigo o tu vecino si no
fuesen a la escuela, verías, sin duda, un futuro negro en sus vidas.
Gracias en mi nombre. Gracias en
nombre de Puentes. Gracias en nombre de los niños y niñas de la calle. A
mediados de septiembre, ENTRE TODOS
CONSEGUIREMOS ABRIR LA ESCUELA DE KINSHASA.
Gracias de corazón.
Recuerda: Un mes de
escuela: 15 euros – Un curso escolar: 150 euros.
Al efectuar tu donativo, especifica: “Escuela Congo”.
IBAN: ES46 0030
6018 1700 0105 1272 (Banco Santander)
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