Desde hace décadas, en los primeros días del año, intercambio la lista de los libros leídos en el año precedente con JAMM. He dedicado buena parte de este 31 de diciembre a redactar un rápido resumen de la diez lecturas que, por diversos motivos, más me han gustado en el año que ahora acaba. Ahí están. El listado no va de libro más importante a menos, sino que he seguido el orden cronológico en el que fueron leídos (en un par de casos releídos) a lo largo de 2023.
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Plataforma (Michel
Houellebecq)
Enfant terrible de las letras francesas, Houellebecq es un
escritor muy ‘incorrecto’, y por ello es tan odiado como idolatrado. El
argumento, sin duda suena porque los periódicos hablan con frecuencia del
asunto del turismo sexual. El argumento: Un funcionario público, de unos
cuarenta años, aburrido de la vida, indiferente a la muerte del padre, vive una
nueva ilusión en su vida mediante ese turismo que combina descanso, bebida,
exotismo y mucho sexo, sexo al por mayor. Y a partir de su viaje a Tailandia,
el protagonista cree que este turismo es un gran invento y que se podría hacer
un gran negocio si se mezclan bien todos los ingredientes necesarios. Puede parecer
un argumento banal, pero banal es también la vida de tantos hombres de mediana
edad que detestan el compromiso y buscan rejuvenecerse continuamente con
experiencias rápidas y gratificantes. A
pesar de su incorrección y de su procacidad, el escritor francés bien merece el
título de sociólogo porque un cierto tipo de hombres en Occidente queda muy
bien reflejado en esta novela. Tal vez por ello, Houellebecq siempre escuece.
Broklyn (Cólm Toibín)
Los escritores irlandeses tienen algo. Irlanda es la nación
con más escritores por metro cuadrado. Se entiende el éxito de Colm Tóibín.
Brooklyn es una novela sobre la fatalidad. En el Brookyn neoyorkino de los años
50 transcurre la vida de Eilis Lacey, una joven irlandesa que llega a Estados
Unidos en busca de trabajo y nuevas oportunidades. Se gana la vida en unos
almacenes, comparte residencia con otras cuantas jóvenes, conocer el amor, y
regresa temporalmente a su verde Irlanda, donde se encuentra con un pasado no
resuelto. Es una hermosa novela sobre el desarraigo de quien tiene que coger la
maleta y emigrar. Y es una novela en cierto modo fatalista, porque a veces los
hilos de la vida, por una nonada, se enmarañan y ya no encontramos fuerzas para
deshacer los nudos gordianos. Estupenda la forma de recrear la vida en Irlanda
y Norteamérica de mediados del siglo pasado, las mentalidades tan diferentes,
la vida de los emigrantes europeos, el peso de todo lo que se deja atrás y que
nunca cabe en la maleta.
Los hombres del Felipe VI (Jose de Apezarena)
Felipe VI asumió la Jefatura del Estado en el momento en el
que la Corona conocía sus horas más bajas. A la desmoralización general
producida por la crisis económica se unían el movimiento separatista y los años
finales (poco ejemplares) del reinado de Juan Carlos I. Este libro de historia es
interesante porque habla de Felipe VI a través de los hombres (y también
mujeres) que lo han modelado como persona humana y como líder: familiares,
militares, intelectuales, profesores, diplomáticos, amigos, políticos. Cuando
empezó su reinado, apenas un 57% de los españoles valoraban positivamente al
Rey. En este momento el porcentaje se aproxima al 80%. En su reinado ha tenido
que hacer frente a una herencia familiar envenenada, a la crisis catalana, a la
irrupción de partidos radicales, a izquierda y a derecha, a una fragmentación
de la sociedad. Con una ciudadanía polarizada y con una caterva de políticos de poca altura y dudosa catadura moral, la figura de Felipe VI aparece como un hombre digno de
representar a España. Ahí radica el interés de este libro.
El Orient Express (Mauricio
Wiesenthal)
De la historia de este legendario tren que, durante casi un siglo,
unió París y Estambul, atravesando
muchas ciudades europeas, Mauricio Wiesenthal ha escrito un ameno libro en el
que capítulo a capítulo narra las peripecias de todo tipo que sucedieron en los
wagones de maderas nobles, mesas listas para platos exquisitos, salitas de café
para conversaciones brillantes, y
compartimentos para amores y amoríos. Intelectuales y aristócratas, políticos y
espías pisaron alguna vez sus moquetas. Y no sólo por viajar cómodamente hasta
la mítica ciudad de Estambul, sino también para conocer gente, intercambiar
ideas, codearse con excéntricos millonarios o con literatos que triunfaban en
las librerías y suministraban ideas a medio mundo. El Orient Express fue
escenario de novelas y películas. Pero todo tiene su fin: el telón de acero
hizo cada vez más penoso el tránsito por los países de la órbita soviética. Y
luego la alta velocidad puso la puntilla a un tren pensado para el sosiego. El
Orient Express fue por sí mismo un viaje y un destino.
BXVI: Réquiem por el
Papa sabio (Vida Nueva AAVV)
Faltaban pocas horas para que el año 2022 finalizase cuando
el Papa Benedicto XVI dejaba este mundo. Teólogo de amplio espectro, escritor fecundo, profesor sin peros, lector
apasionado, apenas permaneció seis años en el solio pontificio antes de su
renuncia al ministerio petrino, algo verdaderamente insólito. Situado entre dos
titanes, Juan Pablo II y Francisco, apareció a los ojos de todos como el
intelectual apegado a su escritorio que debe hacer un gran esfuerzo para salir
a la calle en medio del ruido y las voces. Sacudido por el escándalo de la
pederastia en el seno de la Iglesia, su voz apenas fue escuchada. En un mundo
acostumbrado a formarse ideas a base de eslóganes breves, el Papa proponía
buscar la verdad y hacerlo mediante la razón, tareas sin duda arduas para esta
época de ‘posverdad y de emocionismo’.
Y sin embargo, bastaría leer con sosiego y tiempo alguno de sus hermosos libros
para disfrutar de una sabiduría poco común.
Todos nuestro ayeres (Natalia
Ginzburg)
Relectura de esta obra que considero la mejor novela de
Natalia Ginzburg. Es difícil no enamorarse de Anna, “ese insecto, pequeño, perezoso y triste encima de una hoja”, y aún
más no hacerlo de Cenzo Rena, que al final del libro ocupa un gran espacio y
que para mí es como “la expresión pura y
limpia de la coherencia personal”. Todos tenemos muchos ayeres. Anna los
tiene. Ayeres insulsos, mediocres, sublimes, miedosos, indiferentes, livianos o
puros. Y en muchos de esos ayeres de Anna o de Cenzo nos identificamos. Ese es
el poder de la palabra, de la literatura. Y así, de la mano de Anna de hoja en
hoja, como insectos pequeñitos, conocemos el fascismo y el antifascismo en una
Italia convulsa. Y luego la guerra y sus mil impiedades. Pero la guerra y la
traición, la redención o la santidad las llevamos también en nuestro interior
cada uno de nosotros. La vida vista como sucesión de ayeres o de hojas donde
nos posamos un breve o largo rato. Concettina, Maria, Giuma, Giustino,… y tantos
otros personajes resultan deliciosos. Y una frase de la novela la retengo para
siempre: “Todos los hombres dan un poco
de pena cuando se los mira de cerca”.
Cinco horas con Mario
(Miguel Delibes)
La novela de Delibes es para mí una de sus obras mayores. Y
aguanta bien las relecturas (éste ha sido el caso), aunque la época en la que
transcurre la novela y hasta los propios dichos y coletillas resulten raros
para los lectores más jóvenes. Mario acaba de fallecer de un infarto. Y Carmen
se empeña en pasar la noche del velatorio con él a solas. Algunos párrafos de
la Biblia subrayados por Mario le ayudan a repasar la vida de Mario. Un
monólogo de cinco horas de Carmen ante Mario, de cuerpo presente. La
frustración, la perplejidad, la incapacidad para entender a su marido muerto
brotan de los labios incontinentes de Carmen. Reproche tras reproche forman un
río de palabras y de sentires. Aparece el Mario íntegro, que no da su brazo a
torcer, con sus ideas fijas sobre educación, política, religión. Y aparece
Carmen con su mezquindad, con su hipocresía, con sus justas aspiraciones o con
sus frustraciones de décadas. Carmen retrata a Mario y ella misma queda
retratada. Y queda retratada una época de la historia de España, y hasta un
lenguaje, una forma de vivir en sociedad y de vivir la religión. Todos tenemos
algo de Mario y algo de Carmen. Y por eso Cinco horas con Mario sigue
arrancándome muchas risas y algunas reflexiones. Una novela redonda.
George Steiner, el
húesped incómodo (Nuccio Ordine)
Al día siguiente de la muerte de George Steiner acaecida en
su casa de Oxford el 3 de febrero de 2020, apareció la entrevista que Nuccio
Ordine le había hecho, con la condición de que no fuera publicada hasta después
de su muerte. El libro del que ahora hablo es un homenaje de Nuccio Ordine
(desaparecido recientemente) a George Steiner. Además de la entrevista póstuma,
el autor italiano rinde tributo a su gran maestro y a su gran amigo. Unidos por
la pasión por los clásicos y por un humanismo europeo que ellos veían en
peligro de extinción, debido al afán de barbarie que hoy domina a los
intelectuales del Viejo Continente y a los medios de comunicación y que han
transmitido eficazmente a unos ciudadanos conformistas e indiferentes. Un
librito, unas pocas páginas, pero que ofrecen la aspiración humanista, proteica,
de dos de los últimos gladiadores de una forma de entender la civilización
europea y la humanidad individual de cada uno. Por cierto, los diarios de
George Steiner no verán la luz hasta 2070.
Mañana y tarde (Jon
Fosse)
Ni siquiera había oído el nombre de Jon Fosse cuando la
Academia Sueca comunicó el nombre del Premio Nobel de Literatura 2023. Luego,
una tarde, descubrí en el expositor de la biblioteca del barrio “Mañana y
tarde”. Una deliciosa novela. El autor nos cuenta la vida de Johannes en dos
momentos. Uno: aquel en que Olai espera nervioso el nacimiento de su hijo al
que impondrá el nombre de Johannes. Dos: aquel en que asistimos al final de su
vida en la alcoba de su casa, en soledad. O tal vez ‘acompañado’ (emocionalmente
acompañado) por su mujer, Erna; su amigo, Peter, y su hija más querida, Signe. Mañana y tarde representa los dos
momentos cruciales en la vida de cualquier hombre. El nacimiento (momento de
espera para los seres queridos que nos acogen) y muerte (momento de despedida
para los seres queridos que dejamos). Jon Fosse no nos ofrece una narración lineal,
sino que la realidad se mezcla con el sueño, el recuerdo, el pensamiento, la
luz de la fe en la otra vida. En pocas novelas el tránsito hacia el más allá
está descrito con tanta fuerza, poesía y sencillez como en esta obra. No está
de más recordar que el escritor, hundido por el alcohol, abandonó la fe
luterana en la que había nacido y se convirtió al catolicismo.
En 1991, Fernando Savater, uno de los filósofos más notables
de este país, y también conciencia cívica en los años de plomo del terrorismo
etarra, escribe un libro de ética para su hijo, Amador. Y lo hace de la forma
más sencilla. No se trata de ser personas morales por ideales superiores o por
creencias. Se trata de ser personas con conciencia ética porque, cuando uno
respeta y hace suyos ciertos valores morales, puede ser razonablemente feliz, “darse
una buena vida”. Fernando Savater parte de un concepto básico: trata a los
demás como te gustaría ser tratado en circunstancias similares. Esto que parece
algo elemental, no lo es tanto. Y así tenemos que la mayoría de los
sufrimientos que experimentamos en la vida es porque no nos sentimos tratados
como nos hubiese gustado serlo. Al final de cada capítulo, el autor nos regala
frases de grandes filósofos que resumen bien esos valores éticos a los que
debemos aspirar. No es extraño que este libro, escrito en un lenguaje accesible,
haya sido traducido a una treintena de lenguas y que se siga reeditando año
tras año.
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