miércoles, 13 de marzo de 2019

Camino sin límites: discapacidad hacia Compostela





Un amigo peregrino me pasa el enlace del documental Camino sin límites, de Joan Planas. Empiezo a verlo sin demasiado interés, pensando que se trate de un documental más de los muchos que pueblan la web. Pero me equivoco.



Dos hermanos, Olivier y Juan Lu, se lanzan a recorrer los casi 800 kilómetros que separan Roncesvalles de Compostela. Juan Lu tiene parálisis cerebral. Es un chico de 20 años que desde pequeño ha tenido la suerte de ser tratado como un chico más. Su hermano, Oliver ha tenido la excéntrica idea de recorrer con él, en silla de ruedas, el Camino, no por la carretera, que sería lo aconsejable, sino por el trazado por el que transitan todos los peregrinos. Su madre, al volante de una furgoneta, se encarga de la intendencia y les espera en cada albergue. Y pronto ocurre un milagro, quizás un milagro que sólo se podía dar en uno de los pocos espacios del mundo donde aún es posible la ‘compasión trascendente’, en el mejor sentido de esta palabra. Muy pronto, otros peregrinos echan una mano para empujar o arrastrar la silla de Juan Lu, hasta el punto de que a los pocos días ya han formado un grupo estable y sólido, amoroso y fraterno. Ellos pensaban que echaban una mano a dos hermanos en apuros, pero descubren en seguida que es Juan Lu el que, de manera misteriosa e incomprensible, les está ayudando a ellos: a ser personas, a dejar las máscaras, a hablar de cosas serias, a mostrarse ante los demás con sus miedos y sus fragilidades, a experimentar la alegría de la gratuidad. Creían que era Juan Lu el que, por su parálisis, tenía límites, pero el Camino y el contacto con este chico tan especial les hace descubrir sus límites y al mismo tiempo sus infinitas capacidades para superarlos. Un grupo variopinto, por recorrido vital, por idioma o por nacionalidad, experimenta la grandeza de descubrir la ‘fuerza en la debilidad’, la alegría y la energía que pueden contagiar personas ‘tocadas’ por la discapacidad y los límites.



Un precioso documental, lleno de humanidad. Una historia de cariño entre dos hermanos. La alegría del mundo que es capaz de transmitirnos Juan Lu con sus gritos, sus sonrisas, sus carcajadas. El contacto con la debilidad que ilumina nuestros rincones oscuros. Todos los ‘Cebreiros’ pueden ser recorridos en compañía alegre, en espíritu de servicialidad, en esfuerzo fraternal.

La felicidad es esto, pero nos cuesta reconocerla y reconocerlo. Para no perdérsela.

 https://buscandohistorias.com/caminosinlimites/

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