El hermano Juan Vaccari nació en Sanguinetto-Italia
en 1913, donde transcurrió su infancia y primera juventud. A los 20 años entró
en el seminario guaneliano de Fara
Novarese. Encontró la muerte, en un accidente de carretera, en suelo español, un
9 de octubre de 1971.
En vida, muchos supieron ver y
apreciar su personalidad nimbada por la bondad y por una espiritualidad de verdadero enamorado de Dios. Su muerte sólo
sirvió para acrecentar en la opinión de los que le conocieron la convicción de
que era un hombre justo.
Juan, de joven, conoció el fracaso
escolar y, por eso mismo, se le negó el sacerdocio, aunque se le permitió
permanecer en la congregación de los padres guanelianos como hermano lego. Pasó
16 años como un humilde cocinero en el seminario de Barza d’Ispra, donde tenía que hacer milagros para llenar tantos
platos. Más tarde, lo podemos ver, por uno de esos juegos de la Providencia o
del destino, en un palacio de Roma,
como sirviente del cardenal Micara. Los últimos 6 años de su vida
transcurrieron es España, donde pudo dar rienda suelta a su afán apostólico,
pero también buscar recursos para las muchas necesidades del nuevo Colegio de Aguilar de Campoo que acogía a chicos
de familias rurales muy humildes.
Cuantos lo conocieron, lo estimaron, y,
muchos de los que lo estimaron, intentaron imitarlo. A su muerte, la lectura de
sus escritos confirmó a todos el altísimo itinerario
espiritual que había recorrido: la oración a todas horas, la alegría perfecta,
el sacrificio sin peros, la obediencia gozosa, la unión y el amor admirables a
Cristo Eucaristía, la Virgen María, San José y Luis Guanella.
También su testamento sorprendió a todos: Daba gracias a Dios por haberle
llamado a la fe cristiana y, más tarde, a servir a los pobres en medio de la
Congregación de Luis Guanella. Había vivido pobre y humilde, pero en su
testamento solicitaba que, “si a la hora de mi muerte encontraseis en mis bolsillos algunas monedas, os pido que compréis caramelos para los ‘buenos hijos" (personas
con discapacidad). Era el sello de autenticidad, un detalle exquisito,
un recuerdo para los más pequeños.
Desde hace varios años, cada 9 de octubre se renueva este ‘Testamento de los Caramelos’. Familiares,
religiosos, amigos, alumnos, seguidores y devotos del Hermano Juan Vaccari
regalan caramelos a cuantos viven o trabajan cerca de ellos, porque nadie es
tan rico que no se alegre de recibir un caramelo, ni nadie tan pobre que no lo
merezca. Y además, porque todos los seres humanos, por el hecho de serlo, somos
increíblemente capaces y, a la vez, dramáticamente discapacitados. Todos
podemos dar con alegría un simple caramelo, y todos podemos recibirlo con gozo.
Además, con motivo del 50 aniversario del Hermano Juan
(1971-2021), voy a proponer que esta fecha también vaya asociada a un proyecto solidario relacionado con la
discapacidad. Si deseas colaborar, puedes aportar tu donativo para este
concepto “Caramelos Hno. Juan”.
IBAN ES46 0030 6018 1700 0105 1272 (Cuenta de Puentes Ongd en Banco Santander)
EL TESTAMENTO DE LOS CARAMELOS
IL TESTAMENTO DELLE
CARAMELLE
O TESTAMENTO DOS DOCES
THE CANDY’S WILL
LE TESTAMENT DES BOMBONS
TESTAMENT DER BONBONS
Un año más, os invitamos cordialmente a renovar, el 9 de octubre, el 'Testamento de los Caramelos' que nos dejó el buen Hermano Juan Vaccari y en el que pedía
que, a su muerte, se compraran caramelos para los 'buenos hijos'. Es nuestra
forma de recordarle con un sencillo gesto: repartir caramelos entre cuantos
viven y trabajan a nuestro lado, especialmente si son personas necesitadas de
cariño, de pan, o de dignidad.
Un anno in più, siete cordialmente invitati a rinnovare, il 9 ottobre, il ‘Testamento delle Caramelle’, che ci ha lasciato il buon Fratel Giovanni Vaccari, nel
quale esprimeva il desiderio che, a morte sua, avremmo
dovuto comprare le caramelle per i 'buonifigli'. È il nostro modo di
ricordarlo con un semplice gesto: distribuire le caramelle a quanti vivono
o lavorano vicini a noi, specialmente se si tratta di persone bisognose di
affetto, pane o dignità.
Novamente, nós os convidamos a renovar no 9 de outubro o "Testamento
dos Doces”, que nos foi legado pelo bom Irmão João Vaccari. Ele pediu que na sua morte fossem comprados
doces para os "bons filhos'. Este simples gesto é a nossa maneira de
homenagear sua memória. Faremos a distribuição de doces para todos os que vivem
e trabalham com a gente, especialmente para aqueles que estão com necessidade
de afeto, pão e dignidade.
Nous vous invitons cordialement
à renouveler, le 9 octobre, le “Testament des Bombons” que nous a
laissé le bon Frère Jean Vaccari, et
dans lequel il demandait d’acheter des bombons pour les 'bons enfants' à sa
mort. C'est notre façon de nous rappeler de lui avec un simple geste: distribution
des bombons à tous ceux qui vivent et travaillent à notre coté, especialement
parmi les personnes qui ont besoin d'amour, du pain ou de dignitè.
As every 9th
of October, we celebrate Brother John Vaccari’s death anniversary and
therefore, one more year, we warmly invite you to renew “The Candy’s Will”, as Brother
John’s dying wish was to give sweets to “Good Children”. This day, we
remember him with a simple and generous gesture: sharing sweets among people
who live and work close to us, especially, those who lack affection, bread or
self-respect.
Noch ein Jahr! und wir laden Sie
erneut ein, am nächsten 9 Oktober
das bekannte "Testament der Bonbons", welches uns der
gütige Bruder Johan Vaccari
hinterlassen hat.Im selben hat er gebeten, daß wir nach seinem Tod,
Bonbons für die "Gute Kinder", die behinderten,
kleinen Engeln, kaufen sollten. Das ist eine einfache Geste, um ihn somit
zu Gedenken, Bonbons unter den mitarbeitentenden Freunden ,weil sie
dadurch Liebe, Brot oder Respekt und
Herzzenswärme diesen Gotteskindern spenden.
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