TERCERA PARTE
ACTUALIDAD DEL HERMANO JUAN
Prólogo: Un hombre bueno en la puerta de al lado
El Papa Francisco habló en una ocasión de
los “santos de la puerta de al lado”,
lo que significa dos cosas: por un lado, que la santidad puede y deber ser una
aspiración de cada cristiano, y no algo reservado a los fundadores de
congregaciones o a los jerarcas de la Iglesia, y, por otro lado, una invitación
a descubrir ‘santidad’ en quienes nos rodean, porque verdaderamente
existe y está presente en muchas personas con las que nos cruzamos a lo largo
de nuestra vida.
Juan
encaja perfectamente en estos santos de la puerta de al lado. Él fue el
menos robusto de los hermanos y el menos apto para los trabajos rudos del
campo. Fue el menos brillante de los estudiantes de Sanguinetto. Fue el
seminarista que aspira al sacerdocio, pero al que se rechaza por sus sonoros
fracasos con los libros. Dentro de la congregación de los Siervos de la Caridad,
nunca ocupó un cargo importante ni fue superior de ninguna casa. Permaneció
durante casi quince años entre pucheros y cazuelas, azacaneando de un sitio
para otro en busca de alimentos que, luego, tenía que cocinar para dar de comer
a los seminaristas. En el Palacio de la Chancillería entró como un criado más, al
que se llegó incluso a despedir, después de unos meses de trabajo. Y para el
cardenal realizó las tareas más humildes, como cuidar, limpiar, asear y velar
durante su enfermedad. En España, sin dominar el idioma, tuvo que recorrer
miles de kilómetros, llamando a la puerta de escuelas y parroquias, para atraer
a jóvenes rurales a su Colegio. Y, sin embargo, allí por donde pasó dejó el
perfume de su bondad. En Juan Vaccari se hace realidad lo que está escrito en
la Primera carta a los Corintios: “Dios
ha elegido a los débiles del mundo para humillar a los fuertes, a los que nada
son para anular a los que son algo”.
Admiraron su piedad y su
entusiasmo los jóvenes de la Acción Católica en su Sanguinetto natal. Encendió
con su devoción a los feligreses de la pequeña aldea de Monteggia. Fue
servicial con los seminaristas de Barza a los que preparaba de comer. Dio
ejemplo de sencillez cristiana a los altos dignatarios que se paseaban por las
estancias palaciegas de Roma. Y hasta el mismo cardenal tuvo que rendirse a la
vida sacrificada y a la entrega sin peros del hermano Juan. Supo atraer la
generosidad de amigos para la nueva misión en España. Ganó con su alegría y su
devoción sincera el corazón de los alumnos del Colegio San José.
Solo después de su
muerte, cuando los ojos de muchos se posaron en sus cuadernos y los testimonios
empezaron a aflorar un poco por doquier, muchos comprendieron el “misterio” de
este fraile. Faltaba una pieza, la más importante, para completar el puzzle. Y
esa pieza era su íntima relación con Dios. Cada uno de sus movimientos,
acciones, palabras, pensamientos estaba dirigido a Dios. Dios era el nutriente
de su tierra y también la meta a la que aspiraba. Levantarse, cavar el huerto,
conducir el coche, hacer juegos de magia, leer el oficio, asistir a misa,
recitar el rosario, suscitar las generosidad entre sus bienhechores, escribir
una carta, preparar una comida, regalar una botella de licor, plantar chopos,
mediar entre los religiosos, ofrecer a Dios su vida en lugar de un enfermo,
llorar como un niño cuando recordaba a su madre, preparar una piñata, arrodillarse
durante horas ante el santísimo, llevar el cilicio en sus carnes, reír como un
bendito en el soga-tira del patio, traer baúles llenos de regalos desde Italia
para los estudiantes españoles, prepararse día a día para morir… Todo era uno:
Dios. Su existencia, aparentemente ordinaria y común, escondía al místico y
velaba al hambriento de absoluto.
Cap.
VIII - La pervivencia de una memoria
sanctitatis
1.- Fervientes propulsores de la figura del Hno. Juan
Cuando
intentamos comprender la personalidad de Juan Vaccari, es de justicia recordar
la figura de Carlos d’Ambroggi, en Italia, de Danilo Vaccari, en Paraguay, y de Andrés García, en
España.
Carlos
d’Ambroggi (1907-1988). Tras ejercer como Superior General de la Congregación
de los Siervos de la Caridad durante el sexenio que va de 1958 a 1964, llega a
España en 1965. En Aguilar de Campoo acoge al hermano Juan y muy pronto empieza
a admirar su profunda espiritualidad. Cuando Juan Vaccari fallece, P. Carlos
está en Roma, pero enseguida vuela a España para llevar las condolencias de
toda la congregación y bendecir sus restos mortales. P. Carlos sintió el
impulso, nada más acabar el funeral, de recoger papeles, escritos y cartas por
la habitación. En los siguientes meses pidió a muchas personas que habían
conocido al hermano Juan que escribiesen su testimonio. Y él mismo escuchó
decenas de relatos que después pasó a las cuartillas. En su estudio romano,
redactó la primera biografía del hermano Juan, en italiano y en español. Y dio
al libro un título muy significativo: “Hermano Juan Vaccari,
siervo de la caridad”,
porque, para P. Carlos, el hermano Juan había encarnado, como pocos en la
historia centenaria de la congregación, el ideal del buen siervo de la caridad.
Luego se
convencerían muchos otros, pero P. Carlos fue el primero. La segunda vida a la
que estaba destinado Juan, ese vivir en muchos otros después de morir, lo
debemos en gran medida a su trabajo.
La memoria
del hermano Juan permaneció
intacta en el Colegio San José de Aguilar de Campoo, que había disfrutado de
sus últimos seis años y donde se había producido su fallecimiento. Religiosos,
profesores y alumnos, gentes sencillas del pueblo nunca lo olvidaron y cada
nueve de octubre se volvía a hablar del hermano Juan y a recordar sus virtudes.
Y en muchas ocasiones, se pensó en
recoger documentación y dar los primeros pasos para su proceso de
beatificación, pero todo quedaba ahí, en una aspiración inconcreta, en un
lejano sueño.
Por otro lado, a una escala menor,
pero con gran entusiasmo, Danilo Vaccari (1922-2016), primo carnal, al que el
hermano Juan animó a entrar en los guanelianos, mantuvo en su entorno misionero
de Paraguay encendida la llama de su recuerdo, dando a conocer su figura a
todos con los que se encontraba. Él fue el que encargó el primer comic, que fue
apareciendo por capítulos en la revista Ecos Guanelianos, para facilitar a los
niños y a las gentes humildes de la misión paraguaya la comprensión de los
rasgos esenciales del Hermano Juan.
En España, hemos contado con P.
Andrés García, un incondicional propagandista, en el mejor sentido de la
palabra, del espíritu de Juan Vaccari. Ha confesado en más de una ocasión que
le debe su vocación religiosa. Cualquier aniversario era una buena ocasión para
avivar su memoria. Consiguió también fotocopiar en el Centro Studi de Roma sus
escritos. A partir de ahí, empezó a estudiarlos, y a profundizar más en su personalidad.
Importunó, a tiempo y a destiempo, a la cura generalicia para que iniciara el proceso
de beatificación. También en su periplo misionero por Nigeria, Congo y México
no cesó de hablar de su admirado educador. Podemos decir que P. Andrés tomó el
relevo de P. Carlos y que, en las últimas décadas, ha sido el promotor de
muchas de las iniciativas llevadas a cabo. Ha continuado recopilando documentos
y testimonios, tanto en Italia como en España, y ha mantenido el lazo de unión
con los familiares de Juan Vaccari en Sanguinetto.
2.- En el nombre del
Hermano Juan: una vida que inspira.
Podemos decir, sin lugar a
equivocarnos, que la vida del hermano Juan, no sólo ha inspirado buenos
pensamientos en la intimidad de la conciencia de quienes lo conocieron y
admiraron, sino que también ha inspirado iniciativas concretas y buenas obras. No
estoy al tanto de todas las que se han producido, pero de muchas sí.
En el campo de la literatura, habría
que mencionar también el libro de bolsillo publicado en 2002 en italiano “Fratel Giovanni Vaccari”, de Mario
Sgarbosa. En 2014, el Centro Guaneliano Juvenil de Como publica un cuidado y
simpático comic “Andiamo a Gesú con
Fratel Giovanni Vaccari”. En 2021 se dio a la imprenta sobre el hermano
Juan que lleva por subtítulo “Un hombre
bueno que vivía de Dios”, y que fue distribuido en los ámbitos guanelianos
de México, Colombia y Argentina . Habría
que añadir los muchos artículos aparecidos en diversas revistas guanelianas,
Servire, La Divina Provvidenza, Ecos Guanelianos, la Santa Crociata. Especialmente
encomiable ha sido la labor de la revista SERVIR, de España, a cuya figura ha
dedicado números especiales. No hay que olvidar las charlas dedicadas a su vida
en España con motivo de los recurrentes aniversarios de su fallecimiento. El
bloguero Adán Breca ha glosado en varias de las entradas de su blog diversos aspectos
de su biografía.
En octubre de 1996, con motivo de la
ceremonia del traslado de la primera piedra del colegio de Aguilar de Campoo a
la Villa San José de Palencia, se celebra el primer homenaje público al hermano
Juan, y se coloca en el vestíbulo del antiguo Colegio San José, una placa que
dice así: “Esta fue la primera casa de
los guanelianos en España. Al hermano Juan, piedra angular del que fue Colegio
San José, en el 25 Aniversario de su muerte”.
El 9 de octubre de 2003, y por
iniciativa del exalumno Bautista Aguado, se celebra por primera vez, en un
círculo aún muy pequeño, el Día de los
Caramelos, después recordar en un artículo el valor y el sentido del
célebre párrafo de su testamento “Si a la
hora de mi muerte, se encontrase algo de dinero en mis bolsillos, os ruego que
compréis caramelos para los bounifigli”. En aquella primera ocasión, los
guanelianos españoles, allí donde se encontraban, rindieron homenaje a su
antiguo educador, repartiendo caramelos a las personas asistidas en sus
respectivas comunidades. Actualmente, el Día de los Caramelos se celebra en varios
países con presencia guaneliana.
Varios pabellones o edificios llevan
el nombre del hermano Juan en España: Casa Hermano Juan en Salcedillo, para
campamentos, Casa Hermano Juan en Palencia, que funciona como residencia de
chicos con discapacidad, Casa de acogida Hermano Juan en Madrid, para migrantes
y refugiados. Plaza Hermano Juan en el patio de la casa de las hermanas
guanelianas en Madrid.
A él también le han sido dedicadas
canciones, poemas, audiovisuales. “Enamórame, Señor”, tejida con las
propias palabras de Juan Vaccari y compuesta por Andrés García y Alfonso
Martínez puede ser un ejemplo. Recientemente una pintura de Annalisa sobre el
Hermano Juan adorna uno de los pasillos de la Casa de las Hijas de Santa María
de la Providencia en Lora-Como.
En 2013, la Ongd Puentes instituye el
Premio Hermano Juan concedido anualmente a una institución o asociación que destaquen
en el sector de la discapacidad o de la lucha contra la pobreza. La cuantía de
este premio es el 1% de lo recaudado por la Ongd a lo largo del año.
En 2021, tímidamente, coincidiendo
con la celebración del Día de los Caramelos, se propone celebrar este día con
un gesto solidario que sirva para apoyar un proyecto del sector de la
discapacidad en cualquier rincón del mapamundi guaneliano. En 2022, el proyecto
elegido fue el trabajo de las casas de Polonia y Rumanía en favor de los
ucranianos refugiados con algún tipo de discapacidad. Si se consigue que cada 9
de octubre se aúne la celebración de los caramelos con la generosidad hacia un
proyecto en favor de los buonifigli, estaríamos dando cabal cumplimiento
al Testamento de los Caramelos.
El inicio del proceso diocesano de
beatificación ha aumentado el interés por conocer más y mejor a este buen
fraile. En distintas partes del mundo guaneliano se han programado charlas y
seminarios: desde los cooperadores y laicos del ámbito hispano guaneliano a los
religiosos de India y Filipinas.
3.- 2013: Celebración
del Centenario de su nacimiento
En 2013, y por un empeño personal de
Andrés García, y otros alumnos del hermano Juan, ve la luz la publicación de la
denominada Autobiografía y el Diario
Espiritual del Hermano Juan, tanto en español como en italiano, con prólogo
de P. Alfonso Crippa, por entonces Superior General y que había convivido con
el Hno. Juan en Aguilar. Después de una larga tarea de traducción, y de un
análisis y crítica literaria, estos dos documentos esenciales pudieron ser
dados a la imprenta.
La publicación de este volumen supone
un paso adelante en la difusión del legado del hermano Juan. Por primera vez
muchas personas pueden conocer su mundo interior, su manera de rezar y de
creer. La denominada Autobiografía, título que en realidad se lo otorga el P.
Carlos d’Ambroggi, es básica para comprender los primeros 20 de la vida de Juan
Vaccari, ya que nos proporciona preciosos datos para comprender su vida y su
alma.
En ese mismo año, diversas charlas y
celebraciones litúrgicas recuerdan en Palencia, Aguilar y Sanguinetto el
centenario de su nacimiento.
También coincidiendo con esta
efeméride, se difunde un escrito en el que Juan manifiesta su deseo de descansar
definitivamente en Barza d’Ispra, donde había pasado casi veinte años entre las
tareas de la cocina y el ímpetu apostólico en Monteggia. Por este motivo, sus restos
mortales son trasladados desde el panteón de la Familia Guaneliana en el Cementerio
Mayor o Monumental de la ciudad de Como hasta la capilla de la Virgen de Barza
d’Ispra. Finalmente, el hermano Juan descansaba en su “querida Barza”.
También, en este año, Mons. Mario
Masina, obispo de Verona, aprueba oficialmente la oración de intercesión al
Hermano Juan. Parecía que este año de 2013 era la fecha propicia para la
apertura del proceso… Pero la cosa, inexplicablemente, se enfrió
4.- Plácet de la Curia
Generalicia y nombramiento del nuevo Postulador
El 15 de julio de 2020, la Curia
Generalicia nombra a Bruno Capparoni Postulador General de la Congregación de
los Siervos de la Caridad para las causas de los santos, con una encomienda
concreta y especial: hacerse cargo del caso “Juan Vaccari” y proseguir las
causas ya iniciadas de la beata Clara Bosatta y del siervo de Dios Aurelio
Bacciarini. Nadie pone en duda el rigor académico y la solvencia intelectual de
Bruno Capparoni, que durante años dirigió el Centro Studi de los guanelianos,
en Roma. Si bien Bruno no llegó a coincidir con el hermano Juan, es cierto que
vivió en Aguilar de Campoo y Palencia, lugares llenos de la presencia de Juan
Vaccari. Finalmente, y digo finalmente, con el significado castellano de ¡ya
era hora!, la Casa Generalicia, después de incomprensibles años de tibieza y de
continuos jarros de agua fría a las no pocas solicitudes que se hacían desde
España, da el plácet para que se inicie la
causa de santidad.
Se establece que el proceso debe
comenzar en la diócesis de Palencia, donde tuvo lugar el fallecimiento del
Hermano Juan. Consultado el obispo, Mons. Manuel Herrero, religioso agustino, este
manifiesta su apoyo sin fisuras a la causa y anima a proceder lo antes posible,
“antes de que me releven como obispo”. Se le entrega la primera
documentación. La diócesis de Palencia eleva a la Conferencia Episcopal
Española la petición de Nihil Obstat. Poco después, el Nihil Obstat es solicitado
también al Vaticano. Ni una ni otro ponen obstáculos a la apertura de la causa.
5. 2021 - Celebración
del Cincuentenario de su muerte.
Sanguinetto, Barza d’Ispra, Aguilar
de Campoo y Palencia celebran diversos actos para conmemorar las cinco décadas transcurridas
desde la muerte de Juan Vaccari.
La ermita románica de Aguilar de
Campoo conoció la “segunda canonización” del hermano Juan la mañana del 10 de
octubre de 2021. La primera tuvo lugar el día de su propio funeral, por obra y
gracia de Don Ciriaco Pérez. En esta bellísima ermita, a los pies del castillo
feudal de la villa de Aguilar de Campoo, ante el hermoso capitel de la muerte
de los santos inocentes, se produjo una verdadera conmoción por los testimonios
vibrantes de exalumnos, religiosos y superiores. No está de más recordar que el
“allora rimango” del hermano Juan se produjo un 28 de diciembre, festividad de
los santos inocentes. Y que uno de los nombres que el castellano reserva para
nombrar a las personas con discapacidad psíquica (buonifigli) es precisamente
“inocentes”, tal y como magníficamente nos lo describe Miguel Delibes es su
novela Los santos inocentes. Nicolas
Castellanos (obispo emérito) y Manuel Herrero, ambos agustinos, quisieron
unirse a este caluroso y ferviente homenaje. Quedó claro y patente que la
memoria de su bondad no se había esfumado y que el recuerdo de su vida podía
seguir ayudando y beneficiando a muchos. Una solemne eucaristía en la Colegiata
de San Miguel congregó a centenares de personas.
También, con motivo de este
cincuentenario, se abre una página en Facebook, para servir de punto de
encuentro a los seguidores y amigos de Juan Vaccari, y ventana donde aparezcan noticias
sobre su pensamiento y obra.
6.- Fase Diocesana del Proceso
de Beatificación y Canonización: Siervo de Dios Juan Vaccari.
El
23 de abril de 2022, a las 11 de la mañana, en la capilla del Obispado de
Palencia, ante un reducido número de invitados, por causa del Covid, con la
presencia del Superior General, P. Umberto Brugnoni, del Postulador, P. Bruno
Capparoni, del Tribunal Diocesano para las causas de los santos, de familiares
llegados de Italia, de religiosos, clero diocesano, hermanas guanelianas y exalumnos
tiene lugar, de forma solemne, la Apertura del Proceso de Beatificación y
Canonización del hermano Juan Vaccari (1913-1971). Una fecha importante en la
pequeña historia de la Familia Guaneliana en España.
El obispo de la diócesis, Mons. Manuel Herrero, presidió la
ceremonia del inicio oficial de la Causa del Hermano Juan Vaccari, religioso profeso
de la Congregación de los Siervos de la Caridad, “porque con el paso de los años su fama de santidad va creciendo entre
el pueblo de Dios”. La Iglesia diocesana de Palencia invitaba a todos los
fieles a proporcionar información y documentos útiles, al mismo tiempo que
juraban sus cargos las personas encargadas de esta fase diocesana.
A partir de este momento, ante los
tribunales diocesanos de Palencia y de Como, empiezan a desfilar los numerosos
testigos que, bajo juramento de decir la verdad, responden a las preguntas formuladas
por los miembros de los tribunales. En Septiembre de 2022, se da por finalizada
esta primera fase en Como, con la asistencia del recién nombrado cardenal Óscar
Cantoni.
Apenas
siete meses después de la Apertura, tiene lugar la Clausura de la fase
diocesana. Concretamente el 26 de noviembre de 2022, la Capilla del Obispado es
otra vez el escenario elegido. De nuevo preside Mons. Manuel Herrero, en presencia del Superior General de los
Siervos de la Caridad y del Postulador de la Causa, así como de un pequeño grupo
de amigos. Toda la documentación recogida sobre la vida y la obra del fraile
guaneliano, incluidas las actas de los numerosos testigos, es sellada y lacrada
para dar fe de la rigurosidad del proceso.
Mientras tanto, aumenta el número de
personas que cada día rezan e imploran la intercesión del Hermano Juan Vaccari
en sus oraciones a Dios. Las primeras gracias obtenidas se suman a la
documentación.
El Superior General, verdaderamente
conmovido, afirma durante la Clausura que, desde antiguo, la Iglesia señala,
distingue y reconoce a sus hijos más excelsos, para que puedan servir de
ejemplo y guía al resto de los creyentes. Todo parece indicar que así sucederá
en un futuro con el hermano Juan Vaccari. Su vida y su obra serán huella que
otros hombres y mujeres podrán seguir, sin miedo a extraviarse en el camino que
conduce a Jesús y al hermano necesitado.
La documentación que sobrepasa las dos mil páginas llegó, pocas
semanas después, al Dicasterio vaticano para las Causas de los Santos, donde se
continuará el proceso. Desde este momento, con todo derecho, el hermano Juan
Vaccari puede ser nombrado como el Siervo de Dios Juan Vaccari.
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