viernes, 21 de marzo de 2025

Pablo d’Ors: profeta del silencio

  

         Ethic es una revista de pensamiento que “analiza las tendencias y desafíos globales a través de una mirada humanista y liberal”. De vez en cuando la hojeo e imprimo algunos artículos que en varias ocasiones me han acompañado en mis viajes en tren o en bus. Hace unos días descubrí que el artículo publicado en Ethic más leído de 2024 había sido la entrevista que hizo Esther Peñas a Pablo d’Ors, escritor, sacerdote, fundador de Amigos del Desierto y, sobre todo, un profeta del silencio en estos tiempos de descomunal ruido. La entrevista lleva un significativo título: “El éxito es el reflejo de la soledad”.

¿Y de qué habla Pablo d’Ors en esta entrevista? Define la meditación como “la contemplación de nuestra interioridad, que presupone una mirada amorosa sobre nosotros mismos y sobre el mundo”.  Cree que somos víctimas de una accionismo perturbador: “Hemos hecho un mito del pensamiento y de la acción y somos víctimas del espejismo prometeico de creer que somos nosotros los que vamos a cambiar el mundo. Si dejásemos que las cosas siguieran su curso, descubriríamos que muchas veces su deriva es mucho mejor que cuando nosotros intervenimos”. Habla de sus autores preferidos: Stefan Zweig, Hesse, Kafka y de algunos libros sobre los que vuelve a menudo: Ejercicios de Contemplación (Jalics), Stoner (John Willian), El peregrino ruso… D’Ors coincide con San Agustín en que la libertad no es hacer lo que te da la gana, sino elegir el bien, porque esto te hace verdaderamente libre. Afirma que cuando alguien necesita, consciente o inconscientemente, la aprobación y el reconocimiento de los demás, es que se siente muy solo. En más de una ocasión ha dicho que en este siglo XXI falta una literatura de la luz: “La literatura, como decía  Kafka ha de ser un puñetazo en la cara, pero yo añado que también una caricia; la literatura ha de interpelarnos, provocarnos, cuestionarnos, pero también consolarnos, estimularnos y acompañarnos”.  “La buena literatura te ayuda a ser persona. El Quijote nos ayuda a comprender mejor la condición humana y a vivirla con más intensidad y dignidad”

Pablo d’Ors nació en Madrid en 1963 en el seno de una familia de humanistas e intelectuales, en la cual se respiraba una atmósfera de cultura germánica. A los 29 años fue ordenado sacerdote claretiano. Realizó estudios en Nueva York, Roma, Praga y Viena. Estuvo de misionero en Honduras, y de vuelta a España fue capellán universitario, donde tuvo más de un encontronazo con las autoridades eclesiásticas de la época. Entró en contacto con la enfermedad y el final de la vida, cuando empezó a trabajar como capellán en el hospital Ramón y Cajal. Allí conocería a la doctora África Sendino que le abrió su corazón en sus últimas semanas de vida. Fruto de estas conversaciones, surgió “Sendino se muere”.

Un buen día le regalaron un libro “Ejercicios de contemplación”, del jesuita húngaro Franz Jalics. La lectura de este libro le cambió la vida y le hizo comprender, ya sin dudas, su misión y su lugar en el mundo. Marchó a Baviera, Alemania, para conocer y escuchar a este contemplativo para quien el secreto de una vida espiritual consiste no en obrar, sino en ser. Durante 12 días, Pablo d’Ors se sintió escuchado y amado por este venerable anciano que había alcanzado la luz y la irradiaba.

En 2012 Pablo d’Ors publicó un libro breve titulado “Biografía del silencio”. Obtuvo un éxito clamoroso. Un ensayo sobre el silencio se convirtió en best-seller como si fuera una novela policiaca. En 2014, funda la asociación Amigos del Desierto, una red abierta de meditadores que muy pronto se extendió por muchas provincias españolas (creo que en este momento ya hay 60 grupos) y que ha sobrepasado las fronteras, y se encuentra ya en Italia, Portugal, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Uruguay, México, Ecuador, Perú y Estados Unidos. El Papa Francisco nombró a Pablo d’Ors miembro del Consejo Pontificio de la Cultura.

Amigos del Desierto tiene un fundador: Pablo d’Ors, un padre: Charles de Foucauld (La biografía de Pablo sobre este hermano universal y morabito del desierto, titulada “El olvido de sí”, es para mí su mejor obra), un maestro: Franz Jalics, y una tradición: el hesicasmo (los hesicastas del siglo V buscaban la paz a través de la quietud y constituye algo así como la contrapartida cristiana del yoga). Y a este carisma de los Amigos del Desierto, hay que añadir el icono de la Trinidad del maestro ruso Rublev, ante cuya imagen se reúnen los meditadores en silencio y quietud absolutas.

Pablo d’Ors parte de que el mal de nuestra sociedad está en la dispersión de la atención y en el ruido, verdadero terrorismo que condiciona y empeora nuestras vidas. Se necesita por tanto la meditación, para volver al centro de uno mismo. La meditación sólo requiere silencio y quietud. Y no es reflexión, porque esta activa la inteligencia, mientras que la meditación activa la percepción que es escucha y sentimiento.

He escuchado a Pablo en conferencias y en presentaciones de libros. Y en un par de ocasiones he compartido mesa y sobremesa con él. Y creo que el éxito de sus libros y el éxito de Amigos del Desierto radica en su propuesta de una vida meditativa en la que el silencio, la quietud y la lentitud sean ingredientes necesarios para una existencia transformadora. El silencio da la espalda a la presión productiva, a la agitación interior, al no saber estar quietos y al necesitar continuamente hacer cosas, realizar experiencias y tener sensaciones estimulantes. Y precisamente en esta sociedad occidental en que nos movemos y en que todo se quiere consumir y vomitar inmediatamente para devorar de nuevo, su propuesta de silencio, su modelo de meditación, su búsqueda de la unicidad y su anhelo de mirada amorosa a la interioridad es una propuesta a contracorriente y, por ello, oportuna y necesaria.

Confieso que no soy nada objetivo al hablar de Pablo d’Ors al que descubrí hace algunos años y al que sigo con admiración, no sólo por su literatura, sino también por su personalidad luminosa. No me extraña, por lo tanto, que sus libros sean tan leídos, sus conferencias tan escuchadas y su red de meditadores crezca en tantas partes. La semilla de trigo necesita el silencio absoluto de la tierra en invierno para germinar en primavera y dar fruto. Probablemente, el alma humana necesita idéntico silencio para brotar y dar fruto.  


Un fundador: Pablo d'Ors

Un padre: Charles de Foucauld

Un maestro: Franz Jalics

Una tradición: hesicasmo

Un icono: La Trinidad, de Rublev


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https://adanbreca.blogspot.com/2022/02/franz-jalics-una-presencia-de-silencio.html

https://adanbreca.blogspot.com/2019/05/el-olvido-de-si-de-pablo-dors-es-la.html


Entrevista en Ethic a Pablo d'Ors

https://ethic.es/entrevistas/pablo-dors-el-exito-es-el-reflejo-de-la-soledad/





3 comentarios:

  1. Gracias por recordármelo.

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  2. Muchas Gracias por el texto, Juan.
    Pablo D’Ors ha sido desde hace tiempo uno de mis principales referentes en meditación.
    Creo que una de las claves de su éxito, es el profundo respeto que hace sobre otras formas de meditación (al margen de basada en la figura de Jesús), que nos llegan desde otras culturas y religiones, las cuales trata e integra desde el conocimiento propio.
    Toda una experiencia en otra forma de vivir.

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    Respuestas
    1. Me gustaría saber quién se encuentra detrás de ese comentarista 'anónimo', si no te importa. Gracias

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