En el año 2000, empezó en Dinamarca una experiencia
que luego se ha ido extendiendo por muchos países (a España llegó en 2021): Las
Bibliotecas Humanas.
Treinta minutos pueden hacernos descubrir muchas
más cosas de una persona: ¡caben tantos yoes en un yo! Porque el extranjero, además
de pertenecer a otra etnia o a otra religión, puede ser también un buen
cirujano, un perseguido político, un padre de familia, un lector. Porque la
monja, además de rezar, puede hacer un excelente trabajo en el barrio obrero,
cuidar a otras monjas enfermas, reunirse cada jueves a dialogar con no
creyentes, pintar en sus ratos libres. Y viceversa: hay manchones, muchas cosas
innobles, actos que no nos dejan en buen lugar. Cada libro, como cada ser humano, tiene una
única portada, pero muchos capítulos, muchas hojas, muchas líneas y muchas
frases…
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