domingo, 19 de enero de 2025

La Biblioteca Humana

 


    En el año 2000, empezó en Dinamarca una experiencia que luego se ha ido extendiendo por muchos países (a España llegó en 2021): Las Bibliotecas Humanas.

     En una Biblioteca Humana (Menneskebiblioteket, en danés) en lugar de tomar prestado un libro, tomas prestada una persona. En lugar de leer un libro lees una persona. La cosa puede funcionar más o menos así: un lector se acerca al mostrador y pide el catálogo humano. Cada persona tiene una etiqueta: parado, transgénero, refugiado, musulmán, monja, extranjero.. El lector elige una persona y durante un tiempo puede conversar con ella. El objetivo es ayudar a borrar prejuicios. Esta biblioteca humana tiene un lema “No juzgues un libro por su portada”. Está comprobado que nos bastan tres segundos para catalogar a una persona a la que acabamos de conocer: el color de su piel, su acento, su belleza o falta de ella, su ropa, etc. son determinantes para catalogar y etiquetar. Casi siempre este primer juicio es erróneo.

    Treinta minutos pueden hacernos descubrir muchas más cosas de una persona: ¡caben tantos yoes en un yo! Porque el extranjero, además de pertenecer a otra etnia o a otra religión, puede ser también un buen cirujano, un perseguido político, un padre de familia, un lector. Porque la monja, además de rezar, puede hacer un excelente trabajo en el barrio obrero, cuidar a otras monjas enfermas, reunirse cada jueves a dialogar con no creyentes, pintar en sus ratos libres. Y viceversa: hay manchones, muchas cosas innobles, actos que no nos dejan en buen lugar. Cada libro, como cada ser humano, tiene una única portada, pero muchos capítulos, muchas hojas, muchas líneas y muchas frases…

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