martes, 23 de febrero de 2016

El poder y la política, según Zygmun Bauman


 


 
    Zygmun Bauman ha pasado por Burgos para un encuentro de pensamiento. Desde hace algún tiempo, sus análisis son certeros. Algunos le tachan de pesimista, pero es quizás ese rechazo del hombre actual a sentirse incómodo con lo que no quiere oír.
    Habla, por ejemplo, de la crisis de las instituciones democráticas por el solo hecho de que los problemas son globales y los gobiernos son locales: “Lo que está pasando ahora, lo que podemos llamar la crisis de la democracia, es el colapso de la confianza. La creencia de que los líderes no solo son corruptos o estúpidos, sino que son incapaces. Para actuar se necesita poder: ser capaz de hacer cosas; y se necesita política: la habilidad de decidir qué cosas tienen que hacerse. La cuestión es que ese matrimonio entre poder y política en manos del Estado-nación se ha terminado. El poder se ha globalizado pero las políticas son tan locales como antes. La política tiene las manos cortadas. La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas. Es lo que está poniendo de manifiesto, por ejemplo, la crisis de la migración. El fenómeno es global, pero actuamos en términos parroquianos. Las instituciones democráticas no fueron diseñadas para manejar situaciones de interdependencia. La crisis contemporánea de la democracia es una crisis de las instituciones democráticas”.
    El autor también ha hablado de la crisis que se ha suscitado en Occidente por la lucha entre libertad y seguridad, que es un debate muy actual, exasperado a raíz de los últimos atentados yihadistas en suelo europeo.
    Bauman se muestra muy crítico con las redes sociales que nos dan una sensación de protección y amistad, pero que en el fondo son una trampa. En las redes sociales, podemos poner y quitar amigos con facilidad sorprendente; en cambio en la vida real, tenemos frente a nosotros un interlocutor que nos interpela, que nos exige definición, que nos critica, con el que tenemos que llegar a pactos o compromisos. Las redes sociales se están convirtiendo en ghettos, en grupúscolos donde nos sentimos cómodos porque todos nuestros amigos opinan lo mismo que nosotros.
    En este mismo orden de cosas, acabo de leer esto de Richard Rorty  “Tenemos ahora una clase superior que toma todas las grandes decisiones económicas y lo hace con independencia de los Parlamentos y, con mayor motivo, de la voluntad de los votantes de cualquier país dado. Esas élites son las que inician el alejamiento de la democracia y consiguen la separación del poder y la política, que es una de las razones que explican la incapacidad de los Estados para tomar las decisiones apropiadas. Así surge la indignación”.

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