lunes, 11 de junio de 2018

Inxeba


 
Con JM y J acudo al Festival Cinhomo. La cinta en cuestión se llama Inxeba (La herida) del sudafricano John Trengove. Cuando manejábamos el programa de este año nos llamó la atención esta película porque hablaba de la homosexualidad en un contexto de cultura africana, más concretamente en los ritos de iniciación a la pubertad de la etnia sudafricana de los xhosa.
Cuando llegan a la pubertad son muchos los miembros masculinos de los xhosa que pasan unos días en la montaña para ser circuncidados e iniciados por un tutor voluntario que los guiará en el paso a la ‘hombría’. “Ya soy un hombre” grita cada uno de los iniciados cuando el cirujano con la cuchilla cercena su prepucio. Este paso de la adolescencia a la edad adulta recibe el nombre de “ukwaluka”. Normalmente los iniciados son gente que procede de las zonas rurales, las que aún conservan más vivas las tradiciones ancestrales.
El protagonista es un tutor, un ‘khankatha’ que todos los años acude como voluntario a la montaña para guiar a los nuevos hombres. También acude un joven urbanita, obligado por su padre que en sus años jóvenes pasó por esta experiencia y que considera a su hijo un blandengue y al que este rito, sin duda, endurecerá. Por ello le manda al campamento, para ser circuncidado según los ritos antiguos, en lugar de enviarlo a un aséptico hospital.
Pero este ambiente rudo y tribal, de camaradería masculina, proporciona al tutor protagonista una ocasión única para encontrarse y mantener relaciones sexuales con otro tutor. De año en año mantienen su cita y dan rienda suelta a una sexualidad reprimida.
El joven urbano en seguida se da cuenta de esta situación, e invita a su tutor a abandonar la hipocresía y la mentira. Pero el tutor y su amigo íntimo no están ni mucho menos preparados para dar ese paso, ese salto en el vacío en una sociedad que siente desprecio y asco por el sexo entre dos hombres.
La cinta crece en tensión y el joven urbanita pagará con su vida el hecho de conocer la verdad que ocultan sus tutores. A veces –parece concluir la película- se puede estar mejor preparado para cometer un crimen que para afrontar el desprecio y el aislamiento en este mundo de ‘hombres’.

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