domingo, 26 de junio de 2022

La peor parte, de Fernando Savater

El autor, al inicio de su libro, cita este verso de Jacques Prévert “Reconocí a la alegría por el ruido que hizo al marcharse”. La peor parte lleva como subtítulo Memorias de amor, y es un canto a su compañera de vida durante 35 años y a la que un cáncer se llevó por delante. Su amor, a la que él y muchos llamaban Pelo cohete, era Sara Torres Marrero.

Para el filósofo Fernando Savater la “peor parte” de su vida empezó el día en que a su mujer, y la mujer de su vida, le diagnosticaron el cáncer. Después vendrían 9 meses de sufrimiento inenarrable y, finalmente, el apagón definitivo en 2015.  

Como el escritor italiano Cesare Pavese, Savater desea que ese dolor atroz de la desaparición de su amor no pase nunca, que nunca se desvanezca el recuerdo de la amada sin cuya presencia la vida es un tormento insoportable:  “Éramos el destino del otro”. Esta conciencia de ser el destino del otro es lo que permite a la pareja superar diferencias, broncas conyugales, infidelidades espontáneas, cansancios, luchas compartidas en la defensa de la dignidad de las víctimas de ETA (los dos fueron unos verdaderos resistentes en medio de una sociedad, la vasca, enferma moralmente.

El filósofo de compañía, como él gusta llamarse, escribe un homenaje a la mujer que le acompañó, admiró y amó durante décadas, consciente de que si él no lo hace, nadie lo hará. Nadie hará justicia a Pelo cohete, la mujer fuerte que nunca perdió la alegría ni siquiera en los años salvajes vascos cuando tuvo que hacer frente a un nacionalismo excluyente que la quería silenciosa e invisible. No olvidemos que fue apartada como profesora de la Universidad del País Vasco, donde los etarras aprobaban con brillantes notas cualquier carrera y donde los brillantes estudiantes no nacionalistas eran castigados contra la pared.

En varios momentos de este escrito, emotivo y sincero, el autor repite el dictum de Goethe “Saberse amado da más fuerza que saberse fuerte”. Fernando Savater sintió la fuerza única que le proporcionaba el amor incondicional de Pelo cohete. Probablemente quien tiene la fuerza del amor, no buscará otras fuerzas. “¿Qué otra cosa es el amor sino lo que nos hace irreemplazables para el otro?”

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