miércoles, 2 de diciembre de 2015

La oración de Carrére













        Una frase en la entrevista que El Cultural hace a Enmanuel Carrére, con motivo de la publicación en español de su último libro. Una oración dramática de este escritor parisino que, después de convertirse al cristianismo, volvió al agnosticismo, y cerró su diario con esta lacónica sentencia: "Te abandono, Señor; Tú no me abandones". Una plegaria dramática, una oración que sólo pueden pronunciar unos labios que han amado mucho a Dios, un Dios al que debe abandonar. Esta lac...ónica sentencia es una de las plegarias más sinceras que yo haya escuchado. Enmanuel se había convertido al catolicismo después de una crisis interior, provocada en parte por una relación tormentosa con una mujer y con el alcohol. Se hizo católico con el ímpetu del converso. Se casó por la Iglesia, bautizó a sus hijos, e iba a misa diaria. Pero de nuevo el agnosticismo le acechó, de nuevo la razón fría se opuso a su fe caliente. Y venció la razón, venció la incredulidad. Perdió la fe. La fe perdió. Y sin embargo, el personaje de Jesús, Kirios, Señor, siguió ejerciendo una grandísima fascinación sobre él. Por eso, Carrére en su despedida de Dios, pudo escribir: "Te abandono, Señor; tú no me abandones". (Sept. 2015).

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