miércoles, 4 de mayo de 2022

La escuela africana que ganó un Pritzker

            


         Pocos minutos antes de que la campana suene para empezar la primera clase de la mañana, los niños se arremolinan en torno a la escuela. Una escuela rural más, en Gando, Burkina Fasso. Si estos días la escuela de la foto ha saltado a las páginas de medio mundo es porque quien la construyó en su día, Francis Keré, acaba de ganar el Pritzker, el premio más importante de arquitectura.

            Francis Keré fue el primer niño de su aldea que aprendió a leer. Para ello tuvo que marcharse a otro pueblo, a cuarenta kilómetros, porque en su aldea no había escuela. El arquitecto de moda recuerda que “Cuando era niño y tenía que regresar a la escuela al final de las vacaciones, debía despedirme de mi comunidad. Entonces, todas las mujeres en Gando me daban la última moneda de su bolsillo. En mi cultura, eso es un símbolo de profundo afecto. Con tan solo siete años, eso me impresionaba, y le pregunté a mi madre por qué aquellas mujeres me amaban tanto. Ella me respondió: “Están contribuyendo a pagar tu educación con la esperanza de que tengas éxito y algún día regreses y ayudes a mejorar la vida de la comunidad”.

            Años más tarde, una beca le llevó a la universidad de Berlín. Siendo aún estudiante, pidió a sus compañeros de pupitre que le ayudaran, privándose de un café o de una cerveza, a construir una escuela en su pueblo. Francis sabía perfectamente que en las horas de más calor la escuela africana en la que él había estudiado de niño se convertía en un horno donde era imposible estudiar y aprender. Construyó la escuela con adobes de barro, y puso un tejado de chapa que no apoyaba directamente sobre los muros, sino sobre unos postes que lo elevaban, creando un vano en todo el perímetro que permitía la aireación y refrigeración del espacio. Además, diseñó el tejado con un gran voladizo de forma que la lluvia no diera directamente sobre los adobes y así preservarlos durante mucho más tiempo. El jurado ha valorado la utilización de materiales humildes, la adaptación de su arquitectura al medio, muy alejado de esos arquitectos estrellas que, desde sus estudios en Londres o Berlín, diseñan edificios para lugares que ni siquiera conocen pero por los que les han pagado cifras astronómicas.

            Francis Keré ha sido el primer arquitecto africano en conseguir el premio Pritzker (el nobel de la arquitectura). Muchos de sus trabajos, hermosísimos, están en su propio pueblo Gando (escuela, casas para maestros, biblioteca), en parte financiados por la fundación que él creó para ayudar al desarrollo de su aldea. Pero también cuenta con trabajos en Suiza, Inglaterra, China, Mali, Alemania y por supuesto Burkina Faso. Francis Keré es uno de esos africanos que ha triunfado en el mundo, pero que no se ha olvidado de sus raíces y tampoco de aquellas mujeres que le regalaban una moneda para que estudiara y fuera un hombre de provecho para la comunidad.






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