martes, 21 de agosto de 2018

13.- El amor a los gemelos y otras 'abominaciones'


 
 "Quizás la religión verdadera consiste en ir en contra de la superstición, sobre todo cuando ésta ha adquirido categoría religiosa y oprime a los más débiles". No sé quién escribió esta cita que recogí en algún trozo de papel, y sin embargo es una máxima que me ha venido a la cabeza en varias ocasiones en Nigeria.
            Por ejemplo cuando me contaron que los gemelos estaban mal vistos en la cultura igbo. Una 'abominación'. Son considerados portadores de malafortuna, vehículos de desdicha doméstica y comunitaria. Se sabe que muchas mujeres abandonaban al gemelo más débil en el bosque y de esta forma se intentaban exorcizar la maldición. La razón del mito se pierde en la noche de los tiempos, pero casi siempre hay una razón de orden práctica: el nacimiento de gemelos y la dificultad de la lactancia sólo podía augurar mayor pobreza para la familia que tenía que dedicar parte de sus recursos a alimentar a las nuevas criaturas que la leche materna no lograba saciar.

            Los guanelianos conocieron el mito y también la realidad de muchas mujeres que veían, en el nacimiento doble, el adviento de una mayor pobreza familiar.
            El programa en favor de las madres con gemelos intenta socorrer las necesidades de un grupo de mujeres, pero también luchar contra esa superstición arraigada. Cada mes las madres de gemelos acogidas a este programa reciben atención sanitaria por parte del médico de la misión, a la vez que se entrega una pequeña cantidad a cada madre para que puedan comprar alimentos que complementen así la alimentación del bebé.
            A medida que ha ido pasando el tiempo, nuevos perfiles de madres se han ido añadiendo al programa: madres solteras, madres con un hijo enfermo o con alta desnutrición, madres en una situación familiar particularmente dramática.
            Acoger a los gemelos y a sus madres con alegría en la misión, como una bendición, es un hecho destinado a cambiar la mentalidad y erradicar la superstición que, como siempre, se ceba en los más indefensos. Cuando las madres se acogen a este programa, constatan muy pronto que los gemelos "han llegado al mundo con dos panes bajo el brazo".
       
     No basta con decir que una superstición -o una abominación- es una tontería, una creencia de ignorantes e incultos supersticiosos. Cualquier categoría humana que lleve la etiqueta de ‘superstición o abominación’ debe ser combatida con la ayuda y el testimonio del amor, es decir; con lo único que nadie considera abominable.
            La religión verdadera, lo sabemos, tiene que ir muchas veces en contra de la naturaleza. Porque en la naturaleza, lo natural es que el pez grande se coma al chico, y el león a la gacela. Y la verdadera fe, con su altísimo componente moral, nos dice que el león y el cordero terminarán por pacer juntos. Y a ese león dormido que hay en cada corazón humano hay que decirle que no le está permitido zamparse al cordero inocente, aunque su naturaleza le capacite para ello, se lo demande e incluso se lo exija. 



Puentes: 25 Años de una corriente solidaria. Nnebukwu-Nigeria, 2005.

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